Las lágrimas del cazador
Por @jorgitomacumba

El cazador encuentra una huella, toca el suelo, se toma el sombrero y huele el aire. Se agacha, empuña su arma y comienza a acercarse. Acecha su víctima y de repente se abalanza en estrepitosa y descarada carrera contra ella. Antes del fatal encuentro se levanta un murmullo como mil voces que comienzan a hablar al mismo tiempo, subiendo el volumen a medida que se acercan. No es un cazador, son miles, es una horda de energúmenos corriendo, gritando, pasando unos encima de otros. Sus gritos y el sonido de sus armas acallan a quienes piden ayuda, a los niños llorando. Pero el último suspiro exhalado por un pueblo que agoniza al unísono logra lo imposible: Por un instante detiene al cazador. Y lo hace llorar.
Ya no importan las cámaras, el trabajo o estar frente a millones de colombianos en vivo. El Cazanoticias se detiene un momento, se toma la cara y suelta sus lagrimones amarillistas. No se imagina que su imagen en cámara lenta se va a convertir en la cortinilla del programa, como esos momentos en los que Pirry le ayuda a un chino a tirarse por una tarabita para llegar a la escuela. El patrullero RCN y la sección de farándula hacen un alto, un respetuoso gesto ante un hombre al que por entre su chaleco de periodista se le asomó el alma que muchos –entre ellos yo- pensábamos que no poseen los periodistas.
Llora tus lágrimas mientras destrozas a dentelladas a tu víctima para alimentarte amigo Cazanoticias, llora todas tus lágrimas amarillistas que nadie va a llorar por tí cuando tú seas la noticia.
(Video cortesía @julianortegam).